Actualmente, observamos una creciente tendencia a hablar de un mayor respeto sobre los tiempos de desarrollo de cada niñ@, aunque, a pesar de ello, muchos padres y madres se muestran preocupados cuando su hij@ no cumple con los estándares de edad y desarrollo estipulados. El tener una franja de edad establecida para cada momento del desarrollo, ayuda a orientar a los adultos para conocer en qué etapa se encuentra el menor o qué esperar de él, pero es importante tener en cuenta que cada niñ@ tiene un desarrollo y unos tempos diferentes. El esperar que el infante cumpla con lo esperado puede generar mucha presión a los progenitores, así como dudas de si se está haciendo bien o no, y consecuentemente, puede acabar repercutiendo en el infante, ejerciendo presión, prisa y no respetando el ritmo de este, o incluso, perjudicando la relación entre el adulto y el niñ@.
Así pues, hoy queremos abordar uno de los procesos relacionados con el desarrollo madurativo que, habitualmente, genera preocupación a los progenitores cuando no se cumple con lo esperable: el control de esfínteres, es decir, la retirada del pañal. La Dra. Myrtha Chokler (2006), afirma que para que el infante pueda ejercer un buen control de esfínteres, necesita tener una maduración neurológica y un desarrollo emocional, cognitivo y social concreto y darse a la vez, por lo tanto, anticiparnos al momento en que el niñ@ está realmente preparado puede ser complicado. Es entonces importante la gestión de las expectativas del adulto para poder hacer un buen acompañamiento, ya que no siempre confluyen la maduración de las diferentes áreas de su desarrollo comentadas en la edad que a menudo se pide la retirada del pañal (2-3 años). Por este motivo, consideramos importante tener presentes las señales del momento madurativo que se encuentra el infante, ya que nos permite saber cómo acompañarlo con una mirada respetuosa, así cómo, también es importante poder observarnos como adultos que acompañamos este proceso y ver qué posición y actitud debemos mantener.
Os damos algunas de las señales del niñ@ para tener en cuenta en la retirada del pañal:
- Se sienta en el orinal o el váter y lo vive con tranquilidad
- Focaliza la atención en el momento
- Muestra curiosidad cuando ve a papá, mamá o hermanos mayores hacerlo
- Reconoce las ganas de hacer pipí/caca
- Sabe retener
- Puede posponer una tarea atractiva para él/ella para ir al baño
- Tiene voluntad de dejar el pañal,
- Tiene una buena relación con el adulto y se siente cómodo cuando se le propone
- Saberse quitar algo de ropa también facilita el proceso
El adulto puede acompañar al infante de la siguiente forma:
- Mostrándose comprensivo y paciente
- Evitar penalizar o mostrar disgusto si no se consigue
- Proponer que lo pruebe o que lo haga en el váter sin manipular y darle espacio para que acepte por sí mismo
- No mantenerlo sentado mucho rato aunque no lo haya conseguido
- Evitar distraerlo cuando esté sentado
- Mantener una actitud flexible, atenta y empática.
Chokler, M. (2006). Acceder al control de esfínteres. IFRA - Instituto per la Formazione e la Ricerca Applicata.
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