Los aprendizajes tempranos son aquellos que se generan en el marco de la primera infancia de nuestro hij@. Son aprendizajes simples que construyen la base necesaria para que los aprendizajes posteriores y más complejos puedan tener lugar y fomentar el correcto desarrollo global del niñ@. Dichos aprendizajes tempranos son de gran importancia porqué...
Se configuran en una etapa crítica del desarrollo de nuestro hij@. La primera infancia es un momento en que las conexiones cerebrales son muy sensibles. El cerebro está en un momento de gran plasticidad.
Se empiezan a conectar los dos hemisferios del cerebro, acomodando aquellas habilidades innatas con aquellas que son aprendidas.
Los aprendizajes tempranos favorecen el posterior desarrollo de estructuras de pensamiento complejo al permitir la maduración de estructuras más simples.
En esta fase evolutiva, los niñ@s exploran el entorno e interactúan con él a través del aprendizaje sensorial. Es importante en ese momento comprobar que dicha vía de entrada de estímulos esté bien desarrollada.
La estimulación sensorial en esta etapa es indispensable para que el niñ@ conozca la realidad que lo rodea.
El desarrollo motriz es una fase paralela al desarrollo sensorial. Se debe potenciar, pues ofrece a nuestro hij@ nuevas herramientas para el conocimiento del entorno y de sí mismo, preparándole para hitos evolutivos posteriores.
El juego es una de las principales herramientas de aprendizaje en la primera infancia. Actúa como motor de aprendizaje y de consolidación de habilidades más complejas, así como introduce al niñ@ en el mundo de las relaciones sociales y las relaciones con un@ mism@.
En la primera infancia, al no haber lenguaje en los primeros estadios, las emociones suelen manifestarse con la risa y el llanto. Jugar y poner palabras a las emociones por parte del adulto ofrece al infante una estructura que le permitirá poder expresarse adecuadamente.
Si se ofrecen de forma tranquila y algo creativa, los aprendizajes tempranos ayudan a estimular las habilidades de atención, concentración y memoria de nuestros hij@s.
Los aprendizajes tempranos favorecen (pero no pretender acelerar) la maduración de estructuras cerebrales que permiten el alcance de fases evolutivas que hacen al niñ@ más autónomo (destete, control de esfínteres…).
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