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  • Carla Candeal - Ayana

¿Cómo se puede manejar el duelo en niñ@s?

Según la etapa madurativa en la que se encuentre el niñ@, será diferente la manera de entender el concepto de muerte. Para empezar, repasaremos un poco cada etapa. En la etapa desde la lactancia hasta los 3 años, los niños no entienden el concepto de muerte como tal, pero sí entienden el significado de abandono, por lo que, si la madre o el cuidador principal falta, presentará llanto e inquietud. De los 4 a 6 años, comprenden un poco más el concepto de muerte, pero creen que es provisional y reversible; por eso suelen sentir rabia por el abandono y lo expresan hacia sus familiares. En la etapa de 7 a 12 años, ya diferencian la fantasía de la realidad y suelen estar presentes los sentimientos de culpabilidad. La adolescencia, es una etapa difícil, por los cambios y conflictos personales, que están experimentando, por lo que una pérdida complica más la fase del duelo. Suelen presentar sintomatología reactiva que puede cursar con sentimientos de rabia, miedo e impotencia, junto con la necesidad de aislarse.

Después de conocer cómo viven los niños el duelo en cada etapa, explicaremos una serie de consejos prácticos a la hora de acompañar a un menor a gestionar un duelo:

-Abordar cuanto antes la noticia del fallecimiento.

-Cuando el fallecimiento se prevé, se recomienda ir preparando al niño con antelación.

-Es positivo que el menor asista y participe en los ritos funerarios, ya que esto le ayudará a comprender el significado de la muerte y estará unido a la familia.

-Es necesario estar cerca del niño, escucharle, abrazarle, llorar con él y no cohibir los sentimientos del adulto, esto permitirá que exprese sus emociones.

-Animarlos a hablar sobre la muerte y a expresar lo que sienten. Se puede hacer mediante un diario, un dibujo o hablando, según la preferencia del niño y de su edad. Permitir que exprese su dolor a través del juego.

-Es valioso, que tenga vínculos afectivos con el ser querido, por ejemplo, esto se puede hacer mediante la posesión de objetos personales del fallecido o fotografías.

Por otra parte, si el menor tiene una respuesta no esperada, no se le debe ni reprochar ni sancionar, ya que es la manera que ha encontrado de procesar su duelo. Por último, recuperar cuanto antes la cotidianidad, seguir con las rutinas habituales, ayudará al niño a superar la pérdida. Con esto también aprovechar la escuela u otros sistemas de interacción como punto de apoyo, ya que el niñ@ tiene una relación diaria con el docente y los compañeros. Cosa que también permitirá un seguimiento de sus emociones.






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